Resumen
Parte 1 : Conozca a Rachel Sinclaire, una mujer profesional ocupada y prometedora y vicepresidenta de marketing de Goodwell Industries. Las cosas iban perfectas hasta que Grantforth Goodwell, el fundador de la empresa, entregó la empresa a su hijo bastardo, Gordon. La vida de Rachel había pasado del oro al carbón de la noche a la mañana. Era todo lo que podía hacer para soportar los incesantes comentarios degradantes y los ataques de culo del nuevo Sr. Goodwell en la oficina. Sus compinches con salarios excesivos y poco trabajo parecían deleitarse con sus travesuras. Votaron por unanimidad la nueva política de vestimenta de la empresa para las empleadas: sin faldas por debajo de las rodillas.
El Sr. Goodwell nunca soñó que Rachel descubriría sus pequeños secretos escondidos en su oficina. ¿Cómo puede una mujer trabajadora salir adelante en el mundo empresarial actual? Rachel decidió que la mejor manera es el chantaje a la antigua usanza. Conozca al nuevo secretario de la Sra. Sinclaire, Gordon G.
Parte 2 : La nueva secretaria de Miss Sinclaire tiene que ser buena para algo más que verse bonita y traer café. Todo el mundo sabe que se necesita algo más que un apretón de manos amistoso para cerrar acuerdos millonarios en el mundo empresarial actual. Un bonito obsequio de fiesta para entretener a los clientes visitantes debería funcionar bien para sellar el trato. ¡Prepárate para una secuela desagradable!
El bueno de Gordon Goodwell, ex presidente de la empresa y ahora secretario afeminado, es utilizado y abusado en nombre de las ganancias. La señorita Sinclaire está llevando a la empresa a nuevas alturas y la humillación de Gordon a nuevos mínimos. Atada, amordazada y tomada por ambos extremos... esa es una buena niña, Señorita Bragas Rosadas. "Ahora, caballeros, ¿no firmarán en la línea de puntos?"
Parte 3 : Oye, nadie dijo que ser una secretaria bonita iba a ser fácil. Las facturas se están acumulando. El lápiz labial, la lencería y los tacones de aguja no son baratos hoy en día. Especialmente para una chica trabajadora que gana el salario mínimo. Rachel decide que Miss Pinky necesita ganarse el sustento de una manera u otra.
¿Qué mejor uso para una mariquita sonriente que traerla a casa y convertirla en una sirvienta francesa? ¡Eso tampoco va a ser fácil! Pinky aprende por las malas que el trabajo manual con tacones de cinco pulgadas y un corsé bien ceñido no es exactamente un paseo por el parque.
Como cualquier buena doncella, Miss Pinkpanties sirve a las amigas de Rachel y al nuevo trozo de amor ardiente de Miss Sinclair. ¡Pinky hace un ejercicio extra especial en este!